Pazo da Fillaboa
Hace unos dos mil años los romanos ya ordenaban el cultivo de viñas en la Fillaboa.
La sublevación portuguesa de 1640 obligó al Marqués de Tavara, gobernador de Galicia, a fortificar esta finca. Finalizados los acontecimientos bélicos que habían motivado su existencia, la Fillaboa conoció días más tranquilos transformándose el fuerte en quinta de descanso.
En el siglo XVIII era propiedad del Conde de Salvaterra y Marqués de Sobroso, pasando tras varias generaciones a manos de la duquesa de Híjar, la cuál la vendería en 1884, junto con el castillo del Sobroso, a D. Manuel Bárcena y Franco I, conde de Torrecedeira.
Bárcena comenzó a cultivar viñedos y a producir caldos con la etiqueta "Viño del Condado Fillaboa", y la excelencia de sus vinos fue conocida en Cuba, Argentina y Francia gracias a las exportaciones realizadas en 1900.
De la primitiva bodega solo se conservan los muros de piedra y algunos elementos del viejo pazo entre los que sobresale la escalinata y balaustradas exteriores, la gran capilla, el hórreo de cinco claros y el palomar. El estado de conservación es bueno, pero muy modificado.
El escudo está desplazado de la ubicación original, y lo encontramos en la torre del pazo. Muestra su campo cuartelado en cruz con las armas de los Sarmiento y Sotomayor.
La bodega fue adquirida por Alejandro Barreras en 1955, pasando más tarde a formar parte de la sociedad anónima Granja Fillaboa. Posteriormente fue adquirida a finales del año 2000 por el Grupo Masaveu, que bajo el nombre de Bodegas Fillaboa duplicó la extensión de la plantación pasando a tener 70 hectáreas, convirtiéndose en la finca más grande del catastro de Pontevedra.